La historia la escriben los vencedores y esto quedó demostrado cuando Stallin terminó imponiédose en la pugna por dirigir la Unión Soviética. No solo se encargó de censurar el testamento político de Lenin en el cual el fallecido lider instruía para separar a Stallin del mando, sino que este borró a Trotski de las fotografías y registros oficiales en un intento de quitarle protagonismo y que no fuera una amenaza de su poder.